

Modelo Universitario COP21

Salud

¿Qué responsabilidad de los estragos de la contaminación en nuestra salud?
Los riesgos derivados de la polución son múltiples ya que esta última afecta a todo el medio ambiente, del agua a la tierra y nos afrenta a varios desafíos. Estos estragos fueron causados por el Hombre que está destruyendo los ecosistemas y las selvas, provocando el cambio climático y haciendo el agua no potable. En efecto, el cambio climático hace que las cosechas sean inciertas en términos de rendimiento que puede causar la malnutrición de las poblaciones, pero también en términos de calidad. Nuestra salud puede, entonces, ser afectada por la polución de varias maneras. La polución del aire provoca enfermedades respiratorias como el asma y también con el recalentamiento, la aparición de enfermedades a alturas nunca vistas antes, y podemos citar la aparición del paludismo en Bolivia a cientos metros de altura. Sin embargo, ¿Quiénes son los responsables de estos estragos? ¿Son las multinacionales que siguen produciendo? ¿Los Estados que no consiguen reducir las emisiones de dióxido de carbono? O ¿las poblaciones que siguen consumiendo productos que son responsables por la degradación del medio ambiente? En lugar de hacer recaer la responsabilidad sobre tal o tal organización o empresa, seria más interesante ver ¿cómo cada actor de la vida pública puede actuar para reducir los riesgos derivados de la polución? Entonces, el objetivo de esta discusión será dar soluciones a los latinoamericanos para actuar contra los riesgos vinculados al cambio climático, enfocándose en los riesgos para su salud y discutir de lo que todos pueden hacer “à son niveau”.
¿Qué compatibilidad entre protección del medioambiente y la reducción del hambre en el mundo? ¿Y qué lugar dar a nuestra salud en esa dualidad?
Es una pregunta que toma más intensidad cada día con el aumento de la población. En efecto, se debe encontrar soluciones para producir la cantidad de comida necesaria para que la gente no muera de hambre. Diversas soluciones para aumentar los rendimientos ya existen, como la agricultura intensiva. Esta agricultura permite tener rendimientos altos, pero no cura al medioambiente, porque además de utilizar substancias nocivas para nuestra salud, genera altos niveles de contaminación y contribuye a destruir el ecosistema alrededor del lugar de ganadería o de producción agrícola. Pero si se privilegia la protección medioambiental como la agricultura biológica, los rendimientos pocos altos no son suficientes para alimentar toda la humanidad, y el precio elevado de los productos agrícolas no permiten un acceso para todos. El caso de los Organismos Genéticamente Modificados parece demostrar también que la reducción del hambre solo se puede realizar sacrificando la protección de nuestra Tierra : por un lado, estas técnicas generan graves problemas de salud pública y devastan los equilibrios ambientales entre fauna y flora del ecosistema. Pero por otro lado, los OGM tienen una mejor resistencia a diversas plagas (condiciones climáticas extremas, parasito,…) lo que admite rendimientos mucho más altos lo que permite alimentar muchas personas. Por eso los dos parámetros parecen irreconciliables. ¿Existen soluciones a este problema? ¿Una mejor distribución de los alimentos entre ricos que despilfarran y pobres que carecen muchos de estos?
¿Puede el agua volverse el peor enemigo del Hombre?
América Latina y sus cuatro mayores ríos representan una de las más importantes reservas de agua dulce del mundo, sin embargo, constatamos que el acceso al agua es desigual. Además, con la polución de las empresas, que producen y contaminan cada vez más desde la industrialización, y las enfermedades vinculadas a esta última nos podemos preguntar si el agua puede volverse el peor enemigo del hombre aunque la necesite para vivir. Los problemas resultantes de la polución afectan las aguas latinoamericanas y sus poblaciones que deben beber y utilizar aguas sucias para vivir. Al mismo tiempo, un fenómeno de desertificación empiezo en varios países de la región como México. La mala gestión y la desigual repartición de las reservas son visibles en las cifras comunicadas por agencias como el UNICEF. En efecto, el acceso a instalaciones de saneamiento del agua es mucho menor en las zonas rurales que en las zonas urbanas así que son datos reveladores de una desigualdad entre los ciudadanos. Millones de latinoamericanos no tienen acceso al agua potable y con las privatizaciones deben enfrentar un nuevo problema ya que esta privatización no garantiza un acceso a las poblaciones sino un control del agua por multinacionales. De este modo, nos podemos preguntar también si una guerra del agua es posible al nivel internacional ya que este problema no solo afecta América Latina sino el mundo entero que está afectado por el cambio climático, la subida de las aguas, la acidificación del océano y el deshielo de los polos.