

Modelo Universitario COP21

Derechos Humanos
Refugiado ambiental, ¿refugiado invisible?
Desgraciadamente, hoy en día existen personas que se ven en la necesidad de abandonar sus hogares a causa del deterioro del medio ambiente o catástrofes naturales, consecuencias directas de la irresponsabilidad climática de la sociedad. Dichas personas se denominan “refugiados medioambientales” o “refugiados climáticos”. Aún no se han determinado criterios oficiales de identificación de dichos refugiados, lo que imposibilita distinguirlos de los refugiados económicos o políticos. Sin embargo, la migración debida al deterioro del medioambiente no hace sino aumentar, ocupando así un puesto importante en los debates políticos. Existe por lo tanto una necesidad de revisar el concepto jurídico de “refugiado” a nivel internacional para que responda a las nuevas realidades sociales y así colmar dicha laguna, proporcionando a los desplazados medioambientales la protección jurídica que necesitan. Actualmente, la Organización Internacional para las Migraciones divide a los refugiados climáticos en tres subtipos: inmigrantes por emergencia medioambiental, inmigrantes forzosos medioambientales e inmigrantes motivados por el medioambiente. Sin embargo, aún queda mucho por hacer, puesto que estas personas no podrán gozar de todos sus derechos hasta que no se les reconozca jurídicamente ni se implanten medidas concretas para su inclusión en los países de acogida.
El derecho al agua, ¿una realidad práctica?
Hoy en día parece casi natural tanto el hecho de tener acceso al agua potable como el derecho a dicho acceso. Así lo reconoce el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, proclamando que todos tenemos “derecho a disponer de agua suficiente salubre, aceptable, accesible y asequible para el uso personal y doméstico”. A él se une en 2010 la Asamblea General de las Naciones Unidas, quien reconoce que “el derecho al agua potable y el saneamiento es un derecho humano esencial para el pleno disfrute de la vida y de todos los derechos humanos”. Sin embargo, la triste realidad es que el cambio climático afecta seriamente al derecho al agua, tanto por su ausencia como por su abundancia y exceso. Hoy en día, 884 millones de personas carecen de acceso a agua potable. Esta cifra alarmante no es sino una prueba de la urgencia de llevar a cabo medidas concretas para poner en práctica el derecho al agua.
